sábado, 12 de junio de 2010

DOPAJE ECONÓMICO

La marihuana, la coca, anfetas, tranquilizantes, EPOs, sustancias enmascarantes, las no catalogadas o no controladas, suponen un muestrario incompleto de productos que se suponen y en la mayoría de los casos ayudan a acomodarse en situación ventajosa con respecto a otros deportistas que no se desenvuelven en esos terrenos.

Con independencia de la doble moral ejercida contra deportistas, como si no fueran ciudadanos iguales a los arquitectos, políticos, artistas, o empleados de cualquier actividad a los que se les permite meterse hasta pan rallado o esnifar las rayas de los pasos de cebra y poder ir despejados a sus empresas, esperar a la musa, el trance reparador o simplemente concentrarse para un examen u oposición, es decir alterando el posible resultado laboral al adquirir una situación ventajosa.

Existe no obstante el dopaje más antiguo y nuevo a la vez del que no se suele hablar, es más se le venera como síntoma de fuerza y poderío. Nos referimos al dopaje económico, al que solo acceden los AMOS, los galácticos, los guindones.

Es el más eficaz, el que adultera competiciones, revienta presupuestos. Sobre todo lo ejercen los que adulteran las economías y el estado del bienestar, son los nuevos- viejos ayatolas a los que siguen y justifican algunos ciudadanos imbéciles.