jueves, 25 de julio de 2019

Las sospechas de corrupción en la adjudicación del Mundial de Fútbol de 2022 planean sobre Catar

  • La estrategia de Catar de influir a través del deporte se ve empañada por la multiplicación de casos de corrupción en la adjudicación de competiciones
  • Arabia Saudí percibe los éxitos de Catar como una amenaza
https://www.infolibre.es/noticias/lo_mejor_mediapart/2019/07/21/catar_97112_1044.html

Para Catar, la organización del Mundial de Fútbol de 2022 no es sólo una cuestión de prestigio y de dinero. Es vital, casi existencial. Un fracaso y el pequeño emirato del gas pondrá al descubierto lo que intenta ocultar: su vulnerabilidad en un entorno regional en el que está rodeado de enemigos, en particular Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto, que el 5 de junio de 2017 ponían en marcha un bloqueo contra él y organizaban su aislamiento económico, diplomático y político.
Así que esos países deben alegrarse del aumento de casos de corrupción deportiva en Catar. Son muy oportunos porque salpican al poder catarí en el momento en que mayor es su fragilidad.

El emirato, acusado durante años de comprar la Copa del Mundo, lleva tres meses rodeado de sospechas: la repercusión mundial del arresto policial de Michel Platini el 18 de junio en el caso de la Copa del Mundo de 2022; la investigación de Nasser al-Jelaifi, presidente del París Saint-Germain y del canal BeIN Sports, por corrupción en el caso del Campeonato del Mundo de Atletismo de 2017, y la exclusiva de The Sunday Times sobre la prima secreta de 100 millones de dólares de Catar a la FIFA si el emirato ganaba la Copa del Mundo de 2022, en virtud de un contrato secreto firmado por el mismo Nasser al-Jelaifi.

Jean-Pierre Perrin (Mediapart)
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