sábado, 18 de enero de 2020

Mané, la estrella que no quiere un Ferrari

Elegido mejor jugador de África en 2019, el jugador del Liverpool es conocido por su humildad y por ayudar a los más desfavorecidos en Senegal, país en el que creció
Ricardo Uribarri 14/01/2020   CTXT contexto y acción
La escena ocurrió durante la ceremonia de entrega de los premios de la Confederación Africana de Fútbol celebrada hace unos días en la ciudad egipcia de Murghada. Mientras Sadio Mané posaba con el trofeo que le acababan de conceder como el mejor jugador de África en 2019, alguien gritó “The King” (El Rey). El jugador del Liverpool no tardó ni un segundo en contestar: “No, no. I’m not the king” (No, no. No soy el rey). Ni siquiera en ese momento de éxito, cuando es fácil dejarse llevar al lograr por primera vez ese reconocimiento después de lo que le había costado llegar hasta ahí, dejó de tener los pies en el suelo el senegalés, tan grande dentro del campo como modélico fuera de él. 

El fútbol (también) es así

Si alguien escribió desde la hierba sobre la heroicidad del fútbol, ese fue el argentino Osvaldo Soriano. Solo miren cómo empieza El penal más largo del mundo: “EI penal más fantástico del que yo tenga noticia se tiró en 1958 en un lugar perdido del Valle de Río Negro, en Argentina, un domingo por la tarde en un estadio vacío”. También escribió Albert Camus, futbolero apasionado, esto otro: “Lo que finalmente sé con mayor certeza respecto a la moral y a las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”. Bien, pues de esa épica no habla este artículo.