viernes, 27 de agosto de 2021

La estrella es Florentino. Felipe de Luis Manero 26/08/2021

 Yo no sé si Kylian Mbappé terminará o no jugando esta temporada en el Real Madrid. Lo que sí tengo claro es que Florentino Pérez está viviendo su verano más loco y salvaje, aquel que algunos nos conformábamos con imaginar en las bochornosas noches de Benidorm, rodeados de ingleses descalzos y de miradas torvas engulliendo grasientos trozos de pizza a las siete de la mañana, que a uno directamente se le quitaban las ganas de desayunar al visionar tal espectáculo.

El verano del presidente del Real Madrid empezó en primavera, los héroes pueden cambiar de estación a su antojo. Entonces Florentino se erigió en una suerte de Amadís de Gaula que, montando un oscuro corcel y enristrando una temible lanza, se lanzó sin miedo a combatir las hordas de infieles que amenazaban el futuro del fútbol mundial. La solución era (sigue siendo, al parecer), la Superliga, un invento para que unos pocos, los que creen sostener la industria, puedan también manejar las ganancias. La salvación para todos los demás vendría por una especie de remanente, calderilla sobrante que cada año les darían a los clubes plebeyos que en ningún caso podrían acceder a esa nueva competición. En resumidas cuentas, el fútbol estaba en las últimas y no era ninguna broma.

Florentino Pérez durante su aparición en 'El Chiringuito de Jugones' para presentar el proyecto de la Superliga en abril de 2021.



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