miércoles, 27 de marzo de 2024

Partido contra el racismo (que sufre Vinícius)

 En la grada aplaudieron y disfrutaron de un 3-3 algunos que mañana insultarán llamando negro, moro o gitano a quien se les ponga por delante siempre que no sea flamante delantero del Real Madrid

Gerardo Tecé 27/03/2024

70 años después de que Rosa Parks se negase a abandonar su asiento en el autobús y con el recuerdo aún reciente de aquella semifinal de Champions en la que los futbolistas del Real Madrid observaban impasibles cómo sus compañeros del Manchester City se quedaban solos clavando sus rodillas en un Bernabéu que silbaba el gesto antirracista, el coliseo blanco se vistió de gala para celebrar un gran evento contra el racismo. El bolo, un amistoso España-Brasil, era herencia de un Luis Rubiales que, por aquel entonces en el cargo, sin picos y sin causas penales pendientes, supo leer a la perfección que al racismo se le combate “celebrando un partido top” que generase ingresos para la RFEF cuyas cuentas son ahora investigadas.

El periódico de España

Si hay que ponerle una pega a esta iniciativa irreprochable en lo social, quizá sea el título elegido: partido contra el racismo. Porque lo de ayer era algo mucho más específico. Era un partido contra el racismo que sufre el delantero del Real Madrid Vinícius. No hubiera pasado nada por ponerlo tal cual en la entrada y así evitar confusiones. Como la de aquel tipo que, a las puertas del estadio, se preguntaba si por los videomarcadores aparecería en forma de homenaje y reparación la cara de Wilfred, el portero nigeriano del Rayo Vallecano que en ese mismo estadio tuvo que escuchar a la grada corear “negro, cabrón, recoge el algodón”. O la del madridista Freddy Rincón, cuyo nombre aparecía frecuentemente rodeado por una diana en las paredes del Bernabéu junto a la palabra sudaka por gentileza de los Ultras Sur. Esos Ultras Sur con los que los compañeros de Freddy se fotografiaban amigablemente y a cuyo líder, Ochaíta, Florentino Pérez reconvirtió en encargado de la blanqueada grada de animación. Luchar contra el racismo, como luchar contra cualquier tipo de discriminación, es más complicado que celebrar “un partido top”. Luchar contra el racismo conlleva un proceso de revisión incómodo, molesto y doloroso. Por eso ni Wilfred ni Fredy aparecieron en el videomarcador y por eso los periodistas de la órbita florentina que hace sólo dos años criticaban al City porque clavar la rodilla en homenaje al asesinado George Floyd era mezclar política y deporte, fueron los narradores de este partido de desagravio.

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